martes, 16 de diciembre de 2014

la puntualidad

Puntualidad

La puntualidad en el comportamiento humano está regida por un instrumento horario como el reloj.
Puntualidad es una actitud humana considerada en muchas sociedades como la virtud de coordinarse cronológicamente para cumplir una tarea requerida o satisfacer una obligación antes o en un plazo anteriormente comprometido o hecho a otra persona.
Algunas culturas tienen sobreentendido que los plazos reales son diferentes de plazos indicados. Por ejemplo, en una cultura particular puede ser entendido que la gente llegará una hora de más tarde de lo anunciado. En este caso, puesto que cada uno entiende que una reunión a las 9 am comenzará realmente alrededor de las 10 am, nadie se incomodará cuando todo el mundo aparezca a las 10 am.
En las culturas que valoran puntualidad, retrasarse es lo mismo que demostrar desprecio por el tiempo de otra persona y se puede considerar un insulto. En tales casos, la puntualidad se puede hacer cumplir por penas sociales, por ejemplo excluyendo enteramente a los que llegan más tarde de las reuniones.El valor de la puntualidad es la disciplina de estar a tiempo para cumplir nuestras obligaciones: una cita del trabajo, una reunión de amigos, un compromiso de la oficina, un trabajo pendiente por entregar.
El valor de la puntualidad es necesario para dotar a nuestra personalidad de carácter, orden y eficacia, pues al vivir este valor en plenitud estamos en condiciones de realizar más actividades, desempeñar mejor nuestro trabajo, ser merecedores de confianza. La falta de puntualidad habla por sí misma, de ahí se deduce con facilidad la escasa o nula organización de nuestro tiempo, de planeación en nuestras actividades.

 





la responsabilidad

Responsabilidad
La responsabilidad es un valor que está en la conciencia de la persona, que le permite reflexionar, administrar, orientar y valorar las consecuencias de sus actos, siempre en el plano de lo moral.
Una vez que pasa al plano ético (puesta en práctica), se establece la magnitud de dichas acciones y de cómo afrontarlas de la manera más positiva e integral, siempre en pro del mejoramiento laboral, social, cultural y natural.
La persona responsable es aquella que actúa conscientemente siendo él la causa directa o indirecta de un hecho ocurrido. Está obligado a responder por alguna cosa o alguna persona. También es el que cumple con sus obligaciones o que pone cuidado y atención en lo que hace o decide. En el ámbito penal, culpable de alguna cosa, acto o delito. En otro contexto, es la persona que tiene a su cargo la dirección en una actividad.

Principios de la responsabilidad
El cumplimiento responsable en nuestra labor humana, sea cual fuere, se regiría por principios como:
1.    Reconocer y responder a las propias inquietudes y las de los demás.
2.    Mejorar sin límites los rendimientos en el tiempo y los recursos propios del cargo que se tiene.
3.    Reporte oportuno de las anomalías que se generan de manera voluntaria o involuntaria.
4.    Planear en tiempo y forma las diferentes acciones que conforman una actividad general.
5.    Asumir con prestancia las consecuencias que las omisiones, obras, expresiones y sentimientos generan en la persona, el entorno, la vida de los demás y los recursos asignados al cargo conferido.
Promover principios y prácticas saludables para producir, manejar y usar las herramientas y materiales que al cargo se le confiere

la honestidad

La honestidad
La honestidad (Del latín honestitas-atas 1 ) o también llamado honradez es el valor de decir la verdad, ser decente, recatado, razonable, justo, honrado y honesto. Desde un punto de importante es una cualidad humana que consiste en actuar de acuerdo como se piensa y se siente. Se refiere a la cualidad con la cual se designa a aquella persona que se muestra, tanto en su obrar como en su manera de pensar, como justa, recta e íntegra. Quien obra con honradez se caracterizará por la rectitud de ánimo, integridad con la cual procede en todo en lo que actúa, respetando por sobre todas las cosas las normas que se consideran como correctas y adecuadas en la comunidad en la cual,
Otra parte importante de la honestidad, es que puede entenderse como el simple respeto a la verdad en relación con el mundo, los hechos y las personas; en otros sentidos la honestidad también implica la relación entre el sujeto y los demás, y del sujeto consigo mismo.
En pocas palabras la honestidad consiste en: comportarse y expresarse con honestidad coherencia, sinceridad y respeto. Pero sin olvidar que tenemos que respetar estos dos valores importantes que no tenemos que olvidar justicia y verdad.
·         La honestidad según Confucio.
·         La honestidad es uno de los valores y componentes más importantes de una personalidad saludable con tu entorno y con los demás una buena comunicación está basada principalmente en no decir mentiras y ser siempre honesto de ahí la palabra "honestidad".

·         En su nivel más superficial, el Li, son todas aquellas acciones realizadas por una persona con objeto de construir la sociedad ideal, y destinadas a cumplir sus deseos, ya sea a corto plazo (mal) o a largo plazo (bien). Admitir que se busca la gratificación inmediata, con todo, puede contribuir a transformar un acto malo en uno peor, del mismo modo que ocultar las intenciones a largo plazo puede empeorar una buena acción. Un principio fundamental en esta teoría es la de que una buena persona debe mostrar sus sentimientos sinceramente en su rostro, de forma que facilite la coordinación de todos en la consecución de mejoras a largo plazo. Esta sinceridad, que abarca incluso a la propia expresión facial, ayuda a lograr la honestidad con uno mismo, y a que las actividades humanas resulten más predecibles, amigables y placenteras. En esta primera versión, la honestidad se logra buscando únicamente el propio beneficio.


el respeto

Principio de respeto o autonomía de las personas
Este principio se basa en dos teorías ético-morales5 que dicen textualmente:
1.   El respeto por la autonomía del individuo, que se sustenta esencialmente en el respeto de la capacidad que tienen las personas para su autodeterminación en relación con las determinadas opciones individuales de que disponen.
2.   Protección de los individuos con deficiencias o disminución de su autonomía en el que se plantea y exige que todas aquellas personas que sean vulnerables o dependientes resulten debidamente protegidas contra cualquier intención de daño o abuso por otras partes.
Este principio de autonomía sirvió como base de la bioética desde los aspectos sociopolíticos, legales y morales aunque no para garantizar el respeto de las personas en las transacciones médicas.
El respeto como virtud moral
El respeto también puede considerarse como punto medio entre dos extremos vistos por exceso y por defecto.
1.   Por defecto: el miedo, tanto a las personas que le rodean como a objetos o situaciones que afronta el individuo, llevándole a situaciones de imposibilidad a realizar determinados proyectos o metas, tal el caso de los complejos de inferioridad.
2.   Por exceso: el abuso o desmedida de los límites preestablecidos para un correcto orden y trato de las personas o situaciones de cada individuo, lo que lleva a conflictos con los otros como también la imposición de límites y/o normas a fin de superar la crisis del abuso y restablecer el orden de los derechos de cada individuo.
Teoría del reconocimiento

En el campo de la filosofía social y práctica, Bonnet está actualmente asociado con el proyecto de revitalizar la teoría crítica por medio de una teoría del reconocimiento o teoría del reconocimiento recíproco, cuyo primer bosquejo fue esbozado en su obra La lucha por el reconocimiento (edición original alemana de 1992, traducción al castellano de 1997). El trabajo de Bonnet consiste en articular la dimensión descriptiva de una teoría del reconocimiento con la descripción prescriptiva de una teoría moral. Para ello, se apoya en la premisa antropológica según la cual "el hombre solamente es hombre entre los hombres" (Fichte), es decir que la relación práctica consigo se constituye en una relación con el otro. El reconocimiento fue inicialmente tratado por Hegel en su libro Fenomenología del espíritu.